Nim Upam Ri Q'ij "Grande es su Estómago de Sol" (Solsticio de Verano)
El legado dejado por los grandes Abuelos y Abuelas Mayas nos recuerda que en nuestra profunda relación con el Cosmos y la Naturaleza encontramos el poder y la sabiduría para crear espacios donde pueda surgir el desarrollo y la expansión de nuestro ser. En la armonía, cooperación y unión que experimentamos con U'ku'x Kaj y U'ku'x Ulew, el Corazón del Cielo y el Corazón de la Madre Tierra, nutrimos poderosamente nuestros procesos. Este día, que celebramos la llegada del Solsticio y la luz del Abuelo Sol que ilumina nuestros caminos y nos da vida, nos lleva a reconocer la luz que reside dentro de cada uno de nosotros. Estamos invitados a practicar vivir en comunicación con el Cielo y la Tierra.
Las culturas ancestrales como la Maya dieron gran importancia a las fases del Abuelo Sol, pues eran conscientes de la influencia que cada uno de sus ciclos tiene en la Madre Tierra y en cada uno de nosotros. Uno de los maestros de mi padre, Carlos Barrios, el Abuelo Ramón, compartió una enseñanza que nos dice que aunque todos los días y lugares son especiales, hay momentos en que energías precisas convergen para abrir espacios que impulsan nuestro desarrollo. Este es uno de esos momentos. Hoy celebramos el Solsticio en un día Kajib' Kawoq, que nos recuerda que somos parte de todo y nuestra conciencia de esa conexión con el todo, nuestras acciones como parte de él, nos permiten expandir nuestro ser.
La sabiduría de los ancestros Mayas nos dice que al igual que los ciclos de la Abuela Luna nos influencian a nosotros y a la Madre Tierra, podemos alinearnos con los ciclos del Sol a lo largo del año, ya que también están conectados con los ciclos de la vida. Hoy, mientras en el hemisferio norte celebramos el Solsticio de Verano y el Sol nos regala el día más largo del año, lo recibimos con celebración y alegría. Celebramos que el Sol nos brinda suficiente luz para el crecimiento de la vida, que la lluvia nutre la Tierra y que es un momento en el que recibimos el sustento necesario para el crecimiento y la evolución de nuestras mentes, corazones, cuerpos y espíritus. Este es un momento para colaborar con el desarrollo de la vida, para nutrirnos a nosotros mismos y a los demás. Es un tiempo de alegría, celebración y gratitud. Tomemos un momento en este día para conectarnos con el Padre Sol, recibir su poder y energía, y ofrecerle nuestros rezos y gratitud por todos los regalos que nos ofrece para permitir nuestro desarrollo en la Tierra.
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